“Queremos poner de moda la enfermedad renal”

“Queremos poner de moda la enfermedad renal. Esta frase, que en principio puede resultar un poco frívola, solo tiene un objetivo, que es poner el foco sobre esta patología que cada vez tiene una mayor incidencia en la población mundial”. Así comienza el artículo para EFEsalud de la nefróloga Dolores Arenas, directora asistencial de la Fundación Renal.

Colocar la enfermedad renal en el punto de mira de la sanidad y la investigación es lo que refleja el artículo de la doctora Arenas que ocupa la dirección asistencial de la Fundación Renal desde abril de 2021.

Anteriormente ha sido jefa de sección de Nefrología clínica y diálisis del Hospital del Mar de Barcelona y jefe de servicio de Nefrología en el Hospital Vithas Internacional Perpetuo Socorro de Alicante.

Dolores Arenas ha desarrollado una amplia labor científica, tanto en el ámbito nacional como internacional, en enfermedad renal.

Tiene en su haber más de cien conferencias, 260 ponencias en congresos, es autora o coautora de 12 monografías o capítulos de libros, y ha llevado a cabo más de 150 trabajos en revistas revisadas por pares. Además, participa activamente en numerosos comités científicos, técnicos y/o asesores.

Queremos poner de moda la enfermedad renal

Dolores Arenas, directora asistencial de la Fundación Renal

Esta frase, que en principio puede resultar un poco frívola, solo tiene un objetivo, que es poner el foco sobre esta patología que cada vez tiene una mayor incidencia en la población mundial y a la que la Organización Mundial de la Salud sitúa entre las diez patologías más mortales del mundo.

Desde el ámbito de la nefrología, observamos con admiración, y no sin cierta envidia, como, desde otras áreas de la medicina, como la oncología o la cardiología, se ha conseguido poner de relieve diferentes enfermedades, y han logrado que, tanto las administraciones públicas, como las instituciones sanitarias, o la población general, las tengan presentes en su día a día y tomen medidas para fomentar su sensibilización, prevención, detección precoz y tratamiento, así como para incrementar el presupuesto destinado a su investigación.

Hoy todo el mundo sabe lo que tiene que hacer para cuidar su corazón y cuales son las señales de alarma para acudir a un cardiólogo, o a nadie se le pasaría por alto no hacerse una mamografía para la detección precoz del cáncer de mama, sin embargo, muy poca gente sabe cómo funcionan sus riñones, cuáles son la pruebas que nos informan de si funcionan bien o mal, qué hacer en el caso que detectemos una alteración, ni que hay que hacer para cuidarlos.

La doctora Dolores Arenas, directora asistencial de la Fundación Renal. Foto cedida

Solo quien tiene esta enfermedad en grado avanzado, o tiene personas cercanas afectadas, está más familiarizado con el problema. Es como si la enfermedad renal fuera un problema que “solo les afecta a otros”.

Sin embargo, se estima que 10 de cada 100 personas de la población mundial y española presenta algún grado de enfermedad renal crónica, 23 de cada 100 mayores de 65 años y 33 de 100 mayores de 70 años la padecen, y lo peor es que muchos de ellos desconocen que la tienen o que tienen riesgo de tenerla, y no están poniendo medios para detener su progresión.

Las consecuencias son que alrededor de 7.000 personas inician programa de diálisis cada año con la importante repercusión social, económica y humana que esto conlleva, por eso es urgente revertir esta situación.

En España, las sociedades científicas, las asociaciones de pacientes, y todos los agentes implicados en las enfermedades del riñón, llevamos ya bastante tiempo trabajando en esta línea e intentando que, desde todos los ámbitos, se tome conciencia de la importancia de mantener los riñones sanos y de prevenir esta enfermedad. Una de las causas del desconocimiento global acerca de la enfermedad renal es que no da síntomas claros hasta fases avanzadas, lo que le ha llevado a denominarse “enfermedad silenciosa”.

¿Es difícil diagnosticar una enfermedad renal?. La respuesta es no. Un análisis simple de sangre en el que determinemos la creatinina y otro de orina para medir la microalbuminuria nos puede dar la respuesta que buscamos. La creatinina no nos informa de la función renal directamente, sino a través de una fórmula que se llama filtrado glomerular, y que nos dice en que grado funcionan nuestros riñones y lo ajusta a nuestra edad y nuestro sexo. La microalbuminuria nos dice la cantidad de proteínas que se eliminan por nuestros riñones y la posibilidad de que la enfermedad evolucione más o menos rápidamente.

Entonces, ¿porque no se hace de forma periódica, sobre todo a las personas con mayor riesgo de tener enfermedad renal como son hipertensos, diabéticos, personas con enfermedad cardiovascular, obesos, personas con antecedentes familiares de enfermedad renal, personas con cólicos nefríticos o pielonefritis de repetición, personas con lupus o mayores de 50 años?

En el caso de España, proponemos que el ministerio de Sanidad, y así lo hemos solicitado en reiteradas ocasiones, retome y actualice la estrategia de salud renal, y ponga en marcha medidas de sensibilización y prevención con carácter urgente, así como campañas de concienciación.

Es muy importante que, tanto los centros de atención primaria como las propias empresas, incluyan en sus analíticas de revisión anuales a la población, factores como el filtrado glomerular, que permita calcular el riesgo de enfermedad renal de sus respectivas poblaciones. Con medidas como esta se podría reducir mucho la enfermedad, ya que nos daría la oportunidad de responder más rápidamente y enlentecer o revertir esta situación.

Cuidar los riñones tampoco es tarea difícil si se conoce. Para cuidar nuestros riñones, además de seguir las recomendaciones habituales de una vida sana como hacer ejercicio con regularidad, beber alrededor de dos litros de líquido al día, evitar la obesidad, no fumar ni beber alcohol, evitar comer comidas preparadas y apostar por los alimentos naturales, o controlar la sal que añadimos a las comidas, existen otras recomendaciones menos conocidas como:

  • Evitar la deshidratación, beber si dudamos, si hacemos ejercicio intenso, si estamos al sol
  • Si nos duele algo es mejor recurrir a un paracetamol que a un ibuprofeno, los medicamentos llamados antinflamatorios no esteroideos utilizados con frecuencia puedan dañar el riñón y aumentar la presión arterial
  • Evitar costumbres cada vez más populares en la población joven, como tomar suplementos para aumentar la masa muscular o el uso de diuréticos o laxantes para adelgazar, éstos pueden dañar los riñones
  • Evitar algunas dietas consideradas “sanas” ( dietas “juicing”) que están forzando el funcionamiento de los riñones .
  • Vigilar la tensión arterial y el azúcar y mantenerlos en niveles adecuados,
  • Ajustar según el grado de función renal por lo que es muy importante conocer esta función.

En definitiva, desde la Fundación Renal abogamos por el trabajo conjunto de todos los agentes implicados, con las autoridades sanitarias a la cabeza, y con la complicidad también de los medios de comunicación, para situar a la enfermedad renal entre las prioridades de salud en España y en el mundo.

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