A continuación, nueve cosas que aprendí de la manera difícil que espero que puedas aprender de la manera más fácil.
1. Concéntrese en la prevención y la preparación como base.
La mejor manera absoluta de recuperarse de una lesión es no tener una en primer lugar. Cuanto mejor cuides tu cuerpo desde el principio, mejor posición tendrás a largo plazo.
La prevención y la preparación se superponen hasta cierto punto, aunque existen algunas diferencias. Pienso en la prevención como la base para evitar una lesión: todas las cosas que puede hacer para que su cuerpo sea más fuerte y resistente para resistir las fuerzas del entrenamiento. Para mí, descubrí que esto incluye incorporar trabajo de fuerza para equilibrar mi movilidad y concentrarme en reclutar los grupos musculares correctos. La preparación se trata de preparar tu cuerpo para hacer el trabajo que le pides. Esto puede parecer incorporar un calentamiento sólido, aumentar lentamente la duración de las carreras largas o asegurarse de que su cuerpo esté descansado e hidratado antes de realizar un entrenamiento intenso.
Por supuesto, como mencioné anteriormente, las lesiones pueden ocurrir, incluso cuando realiza todos los pasos preventivos y hace todo lo posible para preparar su cuerpo. Y es por eso que centrarse en los aspectos positivos de lo que puede aprender de la experiencia, sí, todo lo que viene a continuación, es tan importante.
2. Busque ayuda cuando sienta que algo no está del todo bien.
El diagnóstico correcto y educado es crucial. Ya sea que vaya a un médico de medicina deportiva, un ortopedista, un fisioterapeuta, un acupunturista o una combinación de ellos, obtener ayuda de alguien calificado más temprano que tarde es la clave para volver a la modalidad que eligió.
Si su seguro lo permite, le recomiendo acudir directamente a uno de estos especialistas en lugar de un médico de atención primaria o un médico general. Por ejemplo, si tengo un problema con el pie, voy directamente al podólogo. A menudo agiliza el proceso y tiende a ser un mejor uso del tiempo/dinero/copagos. Esto no es un golpe para los médicos de cabecera: existen por una razón, pero están capacitados para problemas e inquietudes generales, y es posible que no entiendan las complejidades de su deporte o cómo diagnosticar su lesión dada.
Buscar al profesional adecuado también puede incluir la búsqueda de un profesional de la salud mental, especialmente si gran parte de su vida, trabajo o alegría está ligada a sus modalidades de entrenamiento. La depresión y la ansiedad pueden acompañar a las lesiones, especialmente en aquellas que tardan más en sanar. Buscar orientación temprano puede ayudarlo a lidiar con cualquier sentimiento que acompañe a la lesión o al proceso de recuperación.
En mis primeros años, luché por buscar profesionales para mis lesiones: me preocupaba que me dijeran que detuviera todas mis actividades para siempre. Ahora, tengo un gran equipo de personas en las que confío para aclararme las cosas y ayudarme a iniciar el camino hacia la recuperación.
3. Analiza los datos que te está dando tu lesión.
¡Los datos son tus amigos! Hablando como un verdadero doctorado, pero en serio, escúchame sobre esto: las lesiones de cualquier tipo (aguda o crónica) te darán datos, y estos datos son increíblemente útiles. Tal vez te esté diciendo que te estás excediendo. O tal vez un lado de tu cuerpo se lastima más que el otro porque has estado prefiriendo ese lado durante demasiado tiempo.