En uno de cada cinco hogares en España -el 20,5% del total- reside al menos una persona con discapacidad. El seguimiento clínico de estos afectados está causando “graves problemas” en los servicios de rehabilitación del sistema sanitario, por lo que es necesario prevenir conductas de alto riesgo para reducir futuras discapacidades por enfermedades.
Un paciente en la Unidad de Rehabilitación Funcional para pacientes con patologías distintas al COVID del Hospital Público Enfermera Isabel Zendal de Madrid. EFE/Rodrigo Jiménez
En vísperas del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, el 3 de diciembre, el Presidenta de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF), Carolina De Miguelllama a la prevención.
La discapacidad en España, y en todo el mundo, “está en constante crecimiento debido al aumento del envejecimiento de la población que está dando lugar a una mayor prevalencia de enfermedades crónicas asociadas a la discapacidad”.
Por tanto, en la discapacidad “la atención de las secuelas de enfermedades crónicas asociadas al envejecimiento, la atención rehabilitadora tras una cirugía o para otras necesidades clínicas, junto a las secuelas de la covid-19, ya provocan serios problemas para absorber tal demanda en los servicios de rehabilitación del Sistema Nacional de Salud. Sistema”.
Además, la pandemia ha “mostrado aún más las deficiencias existentes en la rehabilitación. Si antes ya lo era, ahora es muy necesario aumentar los recursos y el número de especialistas en Medicina Física y Rehabilitación para poder hacer frente a este aumento de demanda de nuestros servicios”.
En uno de cada cinco hogares en España -el 20,5% del total- reside al menos una persona con discapacidad y, además, hay alrededor de 270.000 hogares que tienen a todos sus miembros con algún tipo de discapacidad, según la última Encuesta sobre Discapacidad, Autonomía Personal y Situaciones de Dependencia.
actividad física para prevenir
En este contexto, el presidente del SERMEF se ha centrado en la prevención primaria, aquellas acciones que cada persona puede realizar para prevenir el desarrollo de muchas enfermedades que provocan discapacidad como las vacunas, las conductas de riesgo y la educación para la salud.
“Por ejemplo, incluir actividad física en el día a día reduce el riesgo de tener una futura discapacidad. El ejercicio regular se asocia con una mayor longevidad y reduce el riesgo de diversas enfermedades como las cardiovasculares, los accidentes cerebrovasculares, el deterioro cognitivo, algunos tipos de cáncer, la diabetes tipo 2, la osteoporosis, la hipertensión, el aumento del colesterol y/o los triglicéridos, la obesidad y la artrosis, entre otras”. , subrayó el especialista.
Por último, la portavoz de SERMEF ha señalado que la actividad física es cualquier movimiento que realizan nuestros músculos y que supone un gasto de energía, pero el ejercicio es una actividad física planificada, estructurada y que aporta beneficios para la salud.
“Está en nuestras manos controlar y prevenir muchas de estas enfermedades. Alrededor del 80% de la población no alcanza los niveles recomendados de actividad física, por lo que nuestra adherencia a la actividad física y al ejercicio es muy pobre”, concluyó.