Cuando las pacientes con tumores de mama hormonales, más del 70% de los casos, finalizan el tratamiento de cirugía, quimioterapia y radioterapia, continúan con la terapia hormonal, una nueva y complicada fase contra el cáncer de larga duración. Los médicos advierten contra la tentación de abandonar esta terapia: reduce el riesgo de recaída y muerte.
En el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, el ginecólogo Concha Sánchez, coordinadora de la Unidad de Patología Mamaria del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madridy el oncóloga de esta unidad Noelia Martínez envía un mensaje a estas mujeres para que cumplan diariamente con la terapia hormonal, un tratamiento de al menos cinco años que, en ocasiones, puede durar hasta diez.
“Es un tratamiento obligatorio que ha demostrado beneficio en la supervivencia”, dice el Dr. Sánchez.
“Es importante que tomen a diario este tratamiento de larga duración, es una carrera de fondo necesaria para reducir las posibilidades de recaída” en casos de tumores hormonales, luminal A y B, señala el Dr. Martínez.
La tentación de abandonar la terapia hormonal
vanessa diaz, una diseñadora de 44 años, admite que una vez estuvo “tentada” a abandonar el tratamiento. Y su principal motivación era poder quedar embarazada de un segundo hijo.
A los 35 años le diagnosticaron un tumor luminal y, tras un tratamiento oncológico convencional, llegó la terapia hormonal con tamoxifeno, un fármaco que durante décadas ha demostrado mantener la actividad hormonal bajo control y es la terapia estándar para pacientes premenopáusicas.
Sin embargo, en el quinto año de tratamiento, cuando Vanesa se planteaba un nuevo embarazo, se produjo una recaída, apareció otro tumor que derivó en la extirpación de los ovarios y, por tanto, una menopausia precoz y el adiós a uno de sus principales planes de vida. .
Ahora le recetan un medicamento hormonal de nueva generación, el inhibidor de la aromatasa, el tratamiento prototipo para mujeres con tumores luminales en la etapa posmenopáusica.
A pesar de las dificultades, Vanesa no ha dejado de tomar la terapia hormonal ni un solo día: “Animo a todas las pacientes a continuar, debemos completar el tratamiento hasta el último día, mientras el oncólogo no nos dé el alta no podemos tomar decisiones por nosotros mismos porque nos podemos llevar un susto”.
Los efectos secundarios
Y el motivo principal por el que algunas mujeres no son regulares en el tratamiento son los efectos secundarios: dolor osteoarticular, sofocos, cansancio, sequedad y atrofia vaginal, disminución de la libido, inestabilidad emocional e incluso alopecia.
Consecuencias que afectan a la vida diaria de los pacientes, a su vida emocional, sexual, social, laboral…
“Tengo efectos secundarios regulares, sobre todo afecta mis emociones, todo es más extremo. Además al principio tenía dolor en las articulaciones y no podía subir bien las escaleras”, cuenta Vanesa, que recurrió al ejercicio para sobrellevarlo.
La oncóloga Noelia Martínez explica que estas secuelas de la terapia hormonal se han resuelto con analgésicos de primer y segundo paso.
“Pero lo más importante es que las investigaciones han demostrado que el ejercicio físico y la dieta mediterránea pueden mejorar y paliar esos efectos secundarios que tanto deterioran la calidad de vida”, apunta la especialista, que recomienda al menos tres veces por semana 45 minutos al día. de ejercicio aeróbico.
Mujeres mayores, más riesgo de abandono
La coordinadora de la Unidad de Patología Mamaria del Hospital Ramón y Cajal, la ginecóloga Concha Sánchez, destaca la importancia de preguntar a todas las pacientes en cada revisión si toman diariamente la pastilla de hormonoterapia; explicar las consecuencias del abandono de la medicación; intentar paliar los efectos secundarios y valorar cambiar el tratamiento por otro de la misma línea si no se tolera.
“No podemos dar por hecho que todos los pacientes sigan el tratamiento, hay quienes dejan de tomarlo unas semanas porque les cuesta convivir con el dolor y afecta su calidad de vida, no lo cumplen al cien por cien, ” dice el médico.
Los especialistas señalan que las mujeres mayores son las más propensas a omitir la terapia hormonal.
“Cada paciente tiene su propia historia detrás, muchas mujeres mayores son cuidadoras de sus maridos, de sus familias… y su día a día se ve mermado y acaban sin hacer la terapia hormonal o dejándola temporalmente”, apunta la ginecólogo.
Las jóvenes, en cambio, tienen más motivación para seguir esta carrera de fondo: “Quieren ver crecer a sus hijos, tienen desarrollo profesional, quieren vivir y se apegan al tratamiento hormonal, lo cumplen mejor”. .”
¿Y la maternidad?
Pero los pacientes más jóvenes, menores de 40 años, tampoco lo tienen fácil. Además del tamoxifeno, en los casos de mayor riesgo, se induce la menopausia mediante la extirpación de los ovarios o mediante un fármaco inyectable que bloquea temporalmente la actividad ovárica.
Por lo general, sin este doble bloqueo hormonal, el tamoxifeno puede alterar el ritmo de la menstruación pero no eliminarla, por lo que es necesario tomar medidas para no quedar embarazada durante este tratamiento hormonal.
En los casos de tratamientos más largos, que superan los 5 años, los estudios apuntan a situaciones en las que se puede suspender temporalmente el tamoxifeno para que la paciente cumpla su deseo de ser madre.
Terapia hormonal, una oportunidad
Aunque es una carrera de fondo con algunos obstáculos, la terapia hormonal se convierte en una oportunidad para sobrevivir y superar el cáncer de mama luminal.
Es cierto que tras la quimioterapia, la radioterapia y la cirugía, cuyo fin es la eliminación del tumor y el riesgo de recaída, un periodo de miedo y estrés, la mujer se enfrenta a esta nueva fase de tratamiento a largo plazo con importantes efectos secundarios. : “Es lo que más les afecta psicológicamente”.
“Pero hay que decirles que con esta cuarta pata del tratamiento tienen una oportunidad y pueden responder. Te aconsejo que de alguna manera te acerques a la terapia hormonal”, concluye la coordinadora de la Unidad de Patología Mamaria del Hospital Ramón y Cajal en este Día Mundial contra el Cáncer de Mama.