La historieta “Todo saldrá bien (a veces)” relata uno de los momentos más duros en la vida del ilustrador René Merino. Su cabeza llegó al límite tras una mala racha desencadenada por la falta de trabajo y la llegada de un ‘monstruo’ llamado ansiedad
René ya era ilustrador y muralista antes de que le llegara el éxito en las redes. Solía trabajar como diseñador gráfico en una empresa textil, pero en 2014 su jefe lo despidió por una de las caricaturas que colgó en su Facebook.
Con una denuncia por “insultos” y la carta de despido bajo el brazo, decidió montarlo por su cuenta y dejó para siempre el trabajo asalariado convencional.
A través de temas íntimos, políticos y socialeseste dibujante conecta con el público joven, que se identifica con su humor, su sensibilidad y la forma en que refleja el día a día de su generación.
Y en este tercer libro, René Merino comparte abiertamente cómo superó sus problemas de salud mental.
Al perder su trabajo, el autor entra en una espiral de síntomas (ansiedad, insomnio, ataques de pánico…) que le condicionan hasta el punto de no poder continuar con su rutina habitual: uno de esos momentos de la vida en los que alguien “rompe”. .
René Merino lucha contra sus fantasmas y sus prejuicios hasta que finalmente busca ayuda profesional… y comienza a regresar y luego decide contar la historia.
“Lo pensé mucho antes de meterme en este lío (el del libro) porque no siempre es fácil mostrar tu interior. Te sientes expuesta porque muestras tu vulnerabilidad públicamente y también como si estuvieras haciendo algo ilegal, y te da timidez y vergüenza”, dijo a Efesalud la ilustradora.
Caricatura de René Merino
Primeros síntomas y caída a lo más hondo
El primer síntoma de que algo no iba como debía fue un episodio de ansiedad mientras dormía y que empezó a repetirse cada vez con más frecuencia, hasta que sin saber muy bien por qué, “la criatura” como él llama a la ansiedad en este libro, fue creciendo. y abarcando todo.
Luego viene el descenso a las profundidades y la criatura, explica en su libro de viñetas, consigue sembrar en él una semilla que poco a poco irá creciendo en su interior.
“Fueron días extraños, especialmente las noches. Me repetía frases como: Pasará, “La criatura” se terminará cansando, si no le hago caso se hará cada vez más pequeña y desaparecerá. Y esperaba despertar un día sintiéndose bien como quien sale de un resfriado”.
Pero nada cambia y todo empeora, y aparecen ataques de pánico, y llegan vómitos, y dificultad para respirar, y taquicardia, confusión, sensación permanente de miedo, pérdida de peso…).
Su vida social comienza a desmoronarse rompiendo importantes lazos afectivos, como su pareja y la pérdida de amistades por el aislamiento.
El autor toca fondo y un sentimiento muy fuerte se apodera de él: el deseo de no ser.
“Para mí está claro que nunca tuve la intención de hacerme daño, pero sí recuerdo un fuerte deseo de no existir. Quería que todo esto terminara. Deja de lastimarte. Un interruptor para apagarlo todo. No quería más…”
Y cuando ya no puede más, no le queda más remedio que tragarse sus prejuicios y acudir a un profesional. Por primera vez en su vida va a terapia… con mucho trabajo llega la remontada.

Caricatura de René Merino
Angustia, René Merino: prejuicios
Considera que los prejuicios a la hora de acudir a un psicólogo o psiquiatra siguen muy presentes en su generación.
“Te sientes una peste, muy juzgada… luego en las conversaciones privadas ves cómo hay otros que también están en tu situación, que tienen problemas de salud mental, pero les cuesta hablar de eso abiertamente”.
En el libro, explica René Merino, quise contar mi experiencia personal, a través de los dibujos, pretendía expresarme solo a través de ellos, para no hablar, y la verdad es que los textos me han costado mucho”.
“No pretendo hablar de psiquiatría, no soy especialista, solo dar mi testimonio personal y ayudar a los demás, si es posible”.
Las viñetas de humor se han convertido hoy en día en un valioso método de comunicación para conectar y transmitir en todos los ámbitos imaginables: emociones, miedos, crítica social, medioambiental…
Trabajan con el público porque son sinceros y van más allá de la palabra escrita.
René Merino es un gran ejemplo de cómo usar este humor inteligente a través de plataformas como Instagram, donde una nueva generación de dibujantes se ríen del mundo y de sí mismos y reivindican y expresan lo que les pasa por la cabeza, dicen sus responsables. Lunwergla editorial que publica sus libros.
Desde retratos, murales, ilustraciones, clases de dibujo y pintura… la ilustradora lo ha hecho todo.
Pero donde se siente más cómoda es con las viñetas y las tiras cómicas, que le han dado popularidad en Instagram, donde su cuenta @rene_estamal ha ido subiendo sin parar.
René Merino también es autor de “Está mal pero puede empeorar” y “Un día pasó. Microrrelatos”.