Durante el embarazo, el futuro bebé y no la madre será el objetivo principal del control metabólico de los niveles de glucosa en sangre, ya que la diabetes gestacional, ya sea previa en la mujer, con los tipos 1 o 2, o se diagnostica durante el desarrollo del feto, puede causar complicaciones graves a medio y largo plazo
¿La diabetes materna daña al feto?
“Un mal control de la glucosa conduciría a un mayor riesgo de parto. prematurocesáreas, malformaciones, bajo crecimiento fetal por hipoglucemia o exceso de peso y talla por hiperglucemia que dificultarán el parto”, indica el Dr. Manuel Sánchez Luna, jefe del Servicio de Neonatología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
“No podemos perder de vista la posibilidad de que el bebé nazca con problemas respiratorios, por un desarrollo pulmonar insuficiente, o hipertrofia del tabique interventricular en el corazón”, añade el también presidente de la Sociedad Española de Neonatología (seNeo).
“Por lo tanto, sólo es posible realizar un control metabólico detallado de esta condición diabética, transitoria o crónica, en centros de salud especializados; donde priman tanto el diagnóstico precoz como los tratamientos seguros y eficaces”, destaca el médico madrileño.
Control de la diabetes durante el embarazo
Tradicionalmente, la diabetes se clasifica de dos maneras: Diabetes tipo 1que normalmente se desarrolla en la población joven, la niñez o la juventud, conduce a una reducción en la producción de insulina junto con otros trastornos metabólicos de base inmunológica.
Estas personas necesitan, por vía parenteral -no digestiva-, un aporte periódico y sistemático de insulina (hormona procedente del páncreas que se encarga de regular la cantidad de glucosa en sangre, entre otras funciones).
los diabetes tipo 2con mayor prevalencia, generalmente muestra síntomas más leves con defectos parciales en la producción de insulina.
Suele aparecer en la edad adulta, normalmente dentro de síndromes metabólicos que pueden tener una base genética, pero está mucho más relacionado con el estilo de vida y la dieta.
A su vez, el diabetes gestacionalque no presenta síntomas propios, es la que se diagnostica por primera vez durante el embarazo (90% de los casos), aunque puede existir antes y puede permanecer después del parto (diabetes tipo 1 o 2 en el otro 10% de las embarazadas). mujeres) .
“La detección temprana de la diabetes gestacional es fundamental, ya que el diagnóstico tardío conlleva riesgos innecesarios. El correcto control de esta diabetes, ya sea con dieta o con insulina, evitará daños al feto”, afirma el Dr. Sánchez Luna.
En países como España se recomienda el diagnóstico precoz de diabetes gestacional a mujeres sin síntomas entre las semanas 24 y 28 de embarazo, primero con un cribado (Test de O’Sullivan) y luego con una prueba de curva glucémica.
En gestantes de alto riesgo, ya sea por sobrepeso, obesidad, antecedentes familiares, antecedentes de glucosuria, intolerancia a los hidratos de carbono, etc., se establece un estudio en la primera visita obstétrica y otro entre las semanas 32 y 35.
Tratamiento de la diabetes gestacional en la madre
Los tratamientos son los mismos para los tres tipos de diabetes, ya que el feto es el principal afectado por la enfermedad metabólica.
La terapia incluirá más o menos insulina, o nada, pero lo cierto es que se establecerá una dieta adecuada para cada mujer y se recomendará ejercicio diario adaptado a la situación física y médica de la gestante.
Las mujeres que deciden tener un bebé deben mostrar un índice glucémico normalizado y controlado antes del embarazo, única medida previa ante la posibilidad de abortos espontáneos y malformaciones.
Hijas e hijos de madres diabéticas
Los bebés de madres diabéticas tipo 1 y 2 pueden nacer con más complicaciones que los de madres con diabetes gestacional; Además, si el control de la diabetes ha sido deficiente, especialmente en los tipos 1 y 2, las posibilidades de gravedad aumentan.
Las complicaciones más relevantes serían hipoglucemia, secundario a la producción excesiva de insulina, en respuesta a los niveles elevados de glucosa en sangre. Los síntomas de la glucosa baja a veces son muy discretos y, sin embargo, esta diabetes es dañina.
los macrosomía, cuando la hiperglucemia estimula el crecimiento fetal: aumento de la síntesis de grasas y glucógenos que se depositan en los tejidos. Los bebés son grandes en tamaño y peso, por encima del promedio para su edad gestacional.
Estos bebés muestran una cara redondeada o de “luna llena”, con abundante tejido adiposo en la zona del cuello y pliegues muy marcados en las extremidades.
Presentan con frecuencia aumento del grosor miocárdico, especialmente a nivel del tabique interventricular, aunque suele desaparecer entre el segundo y el sexto mes de vida.
Además, sus dificultades al nacer provocan asfixia perinatal y traumatismos durante el parto, como fracturas de clavícula.
Igualmente, retraso del crecimiento intrauterino: hipoglucemia secundaria a la disminución de las reservas de glucógeno.
inmadurez funcional: retraso en la maduración morfológica y funcional de algunos órganos, como los pulmones, las paratiroides y el hígado. Tienen una mayor incidencia de membrana hialina e ictericia.
malformacionescon probabilidades de dos a diez veces más que la población general, aunque la incidencia no aumenta en los casos de diabetes gestacional: espina bífida, comunicación interventricular, síndrome de regresión caudal, intestinal y renal.
Y problemas de sangre: poliglobulia, trombocitopenia, hiperbilirrubinemia y deficiencia de hierro.
Dr. Manuel Sánchez Luna
Tratamiento de la diabetes para proteger al feto y al recién nacido
La diabetes tipo 1 está controlada médicamente de forma muy segura y las consecuencias sobre el desarrollo fetal se han reducido significativamente.
“Apenas vemos cuadros de malformaciones fetales asociadas a ella, aunque un mal control de esta patología aumenta este tipo de riesgo”, apunta la neonatóloga.
La diabetes tipo 2 también está mejor controlada y en ocasiones su debut puede coincidir con el embarazo.
“Las pruebas de estrés para la administración de glucosa oral al inicio del embarazo, especialmente en gestantes de mayor edad o con antecedentes familiares de diabetes, han ayudado a detectarlas muy precozmente y controlarlas mucho mejor”, subraya.
Actualmente, el uso de insulina en la mayoría de las situaciones de intolerancia a la glucosa ha reducido en gran medida las complicaciones maternas y neonatales.
“Aún así, en el nacimiento de estos bebés hay que prestar especial atención a la tolerancia al parto, al mayor riesgo de tener dificultad respiratoria y, sobre todo, al desarrollo de hipoglucemias”, subraya.
“Normalmente, esta deficiencia glucémica aparece por un exceso de producción de insulina fetal. Suele ser muy precoz y, en general, intenso”, añade.
La terapia requerirá alimentación suplementaria de leche materna, leche de donante o leche artificialsegún el caso y, en ocasiones, suministro de glucosa por vía intravenosa”, completa.
Para concluir, el doctor Manuel Sánchez Luna recomienda “una vida sana y saludable” a toda la población, en especial a las mujeres que deseen tener hijos o hijas.