El ahogamiento infantil es una causa común de accidentes. Por eso, saber actuar con rapidez es importante para salvar vidas. Directrices del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Los niños siempre deben estar supervisados en piscinas, playas o bañeras cuando la altura del agua sea superior a una palmera. Foto cortesía de IMEO
El ahogamiento infantil es una causa común de accidentes y muertes en los niños. Se presenta con más frecuencia en verano por nadar en piscinas y en el mar.
María Escobar, médica del Servicio de Urgencias Pediátricas del Hospital Gregorio Marañón Explica qué debemos hacer en caso de un accidente de este tipo.
reanimación PAS
En caso de posible ahogamiento, tanto los profesionales sanitarios como las principales sociedades médicas, se recomienda seguir el comportamiento PAS (Proteger, Alertar y Ayudar).
El comportamiento PAS es una guía de acción que consta de tres pasos:
1. Proteger a la víctima. Sacar rápidamente al paciente del agua y llevarlo a un lugar seguro.
dos. Alerta Servicios de Emergencia. Llama al 112, di dónde estamos y explica que hemos presenciado el ahogamiento de un niño.
3. rescatar a la víctima e iniciar la reanimación cardiopulmonar (RCP).
Reanimación niño mayor de un año
Para reanimar a un paciente, primero debe colocarse en un sitio rígido. A continuación, se debe comprobar la conciencia del paciente.
Sujetaremos la frente para que no tiemble y realizaremos un estímulo contundente como un pellizco en el pecho o el brazo.
Si el paciente responde, se colocará en la posición de seguridad de lado.
Si no hay respuesta, se debe abrir la vía aérea. Esto se hace levantando el mentón por debajo de la mandíbula con dos dedos.
Cuando hemos abierto la vía aérea tenemos que ver, oír y sentir si el niño está respirando. Vemos si el pecho sube, sentimos la respiración en el oído y si escuchamos la respiración. En caso de respirar, lo colocamos en posición de seguridad.
Si no está respirando, se requerirá respiración artificial. Se realizarán cinco insuflaciones pellizcando la nariz y cerrando la boca con la boca.
Inflamos un segundo y tomaremos otro segundo aire hasta cinco veces.
Si no se perciben signos de vida, se realizará un masaje cardíaco. Se hará sobre el estómago en el esternón con el canto de una mano a una velocidad rápida 30 veces. Es tan importante comprimir como descomprimir.
A continuación, se darán 2 respiraciones y seguiremos haciendo 30 compresiones hasta que nos quedemos sin fuerzas, lleguen los servicios de emergencia o resucitemos al paciente.
resucitación de bebés
En caso de que sea un bebé, el procedimiento será el mismo. En primer lugar, comprobar la conciencia sujetando la cabeza y pellizcando a nuestro paciente.
En segundo lugar, la vía aérea se abrirá en caso de que no respire. Es importante no estirar demasiado al niño y dejarlo en una posición neutra acostado.
Levante la barbilla del bebé con dos dedos. Esto debe hacerse con cuidado para no comprimir el cuello.
Se abre la vía aérea y se realizan las 5 insuflaciones. Es importante tapar la nariz y la boca del bebé con nuestra boca.
Para realizar el masaje cardíaco hay que abrazar el pecho del paciente porque es más pequeño y el punto sería el mismo que en los niños pequeños (la boca del estómago).
En ese lugar se coloca un pulgar y otro pulgar encima para realizar 30 compresiones. Luego otras dos insuflaciones levantando el mentón y cubriendo la boca y la nariz.
Prevención de ahogamiento infantil
El médico recuerda lo importante que es saber cómo actuar y cómo prevenir. Cuando hay un niño en un lugar con agua mayor a una palma o 15 centímetros, existe riesgo de ahogamiento.
Por lo tanto, nuestros hijos deben ser supervisados activamente. Las pautas a seguir son:
- La distancia con el niño debe ser de un brazo para poder tirar en caso de que haya riesgo de que se meta al agua.
- Móvil guardado en el bolsillo.
- Los niños que no sepan nadar deben ir con chalecos salvavidas.
- Las piscinas deben estar valladas y toda la superficie de la piscina debe ser visible.
El experto del Hospital Gregorio Marañón nos recuerda que hay que vigilar a los niños en el mar, en la piscina o incluso en la bañera para evitar que se ahoguen.