España es el único país de Europa occidental en el que se han descrito casos autóctonos de Crimea-Congo (FHCC), que se transmite principalmente por la picadura de algunas especies de garrapatas. Además, existen otras enfermedades infecciosas con fiebre hemorrágica, como las provocadas por los virus Ébola y Marburg.
los Organización Mundial de la Salud ha incluido la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en su lista priorizada de enfermedades infecciosas de mayor riesgo para la salud pública, por su potencial epidémico y/o porque las vacunas y los tratamientos contra las mismas son limitados o inexistentes.
Así lo explican José Ramón Arribas, jefe de Sección de Medicina Interna y coordinador de la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel del Hospital Universitario La Paz (Madrid)Y Paz Sánchez-Seco, jefa del Laboratorio de Arbovirus y Enfermedades Virales Importadas del Centro Nacional de Microbiología, dependiente del Instituto de Salud Carlos III.
Y lo hacen en un artículo publicado en el libro “Enfermedades Infecciosas en 2050“, editado por el Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).
Debido a la magnitud e importancia de las enfermedades infecciosas, EFEsalud informa sobre los temas de cinco capítulos de esta obra: “Nuevas amenazas por virus de origen zoonótico”; “Malaria y otras enfermedades infecciosas transmitidas por artrópodos”; “Riesgos relacionados con el bioterrorismo“; “Fiebres hemorrágicas virales”; y “Infecciones asociadas a la formación de biopelículas”.
Protocolos de fiebre hemorrágica
Los casos de fiebre hemorrágica vírica son de notificación obligatoria en España y existen protocolos y/o encuestas específicas para el dengue, el ébola, la fiebre amarilla y la mencionada fiebre hemorrágica de Crimea-Congo.
Cabe señalar que la mayoría de las infecciones por estos virus son asintomáticas o presentan síntomas leves, con un síndrome febril acompañado de otros síntomas o signos inespecíficos. La clínica y la gravedad varían según el virus y la cepa causal.
Los casos graves presentan un síndrome multisistémico, con lesiones microvasculares y manifestaciones hemorrágicas, problemas respiratorios, enfermedad hepática, disfunción del sistema nervioso central, insuficiencia renal, coagulación intravascular diseminada o insuficiencia renal.
La letalidad varía entre 10% y 90%.
Volviendo a la fiebre hemorrágica Crimea-Congoy según los citados investigadores, actualmente no existe una vacuna aprobada y existen dudas sobre la eficacia del tratamiento con ribavirina.
“Estas deficiencias son relevantes porque la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en pacientes hospitalizados puede tener una alta tasa de mortalidad y también supone un riesgo para el personal sanitario”, y se han descrito numerosos contagios en esta zona, algunos de ellos en España.
En términos globales y hasta la fecha se han diagnosticado en España una decena de casos humanos, con tres fallecidos.
Los dos primeros fueron diagnosticados en 2016.
Se ha demostrado la presencia de garrapatas infectadas en Castilla y León, Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía y, según los citados autores, “aunque las diferencias en la metodología dificultan la comparación, las tasas de positividad son similares a las de Turquía, Albania o Kosovo”.
El riesgo de casos más esporádicos en España se estima moderado.
Pero “en el peor escenario, que no se puede descartar, en el año 2050 España podría tener una evolución similar a la de otros países como Turquía donde se diagnosticó el primer caso en 2002 y en 2015 se diagnosticaron más de 9.000 casos confirmados, “, agregan los investigadores. .
Fiebre hemorrágica: consecuencias de un aumento
También destacan que el aumento del número de casos de enfermedades infecciosas por fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en España podría tener consecuencias muy negativas en sectores como el turismo, el ocio al aire libre, la actividad cinegética e incluso la ganadería española.
Además, la disponibilidad de un laboratorio de bioseguridad de nivel 4 en territorio nacional, hará necesario contar con un dispositivo de atención para atender a los trabajadores que sufran accidentes que conlleven riesgo de contagio.
Para los autores del artículo, las predicciones sobre la evolución de la incidencia de la enfermedad son difíciles en una zoonosis donde las garrapatas y diferentes especies animales juegan un papel crucial en su ciclo natural.
“Sin embargo, incluso en el escenario más favorable (sin propagación de la enfermedad), tenemos un virus potencialmente mortal y van a aparecer casos humanos, por lo que es necesaria la detección lo antes posible para la adopción de medidas de salud pública y tratamiento. el paciente”.
España es también el único país de Europa en el que se produjo un caso autóctono de enfermedad por el virus del Ébola en 2014 debido a la transmisión de un paciente evacuado de Sierra Leona a un trabajador sanitario.
Este caso, ocurrido durante la gran epidemia de ébola de 2014 en África Occidental, provocó una gran alarma social y demostró nuestra falta de preparación ante enfermedades infecciosas de alto riesgo, según los investigadores.
Sin embargo, España no es un país endémico para los filovirus Ébola y Marburg ni para el virus Lassay, pero lo que se espera, según los autores del artículo, es que el sistema sanitario tenga que hacer frente a la repatriación de casos en algún momento de su vida. socorristas en la zona o asistencia a casos importados de enfermedades infecciosas por fiebres hemorrágicas.
No debemos perder de vista que desde 2014 no han dejado de producirse brotes de ébola en África Central y Occidental.

Alguno propuestas de actuación propuestas por los autores del artículo publicado en el libro de enfermedades infecciosas de la SEIMC pasan por:
1.- Mayor dotación económica para proyectos de investigación de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (vacunas, tratamientos, estudio de vectores, caracterización de virus circulantes, estudios de patogenicidad, etc.).
dos.- Fortalecimiento de la capacidad del sistema de salud para atender a los pacientes con esta enfermedad infecciosa en condiciones de máxima seguridad para los trabajadores de la salud.
Además, garantizar la sostenibilidad de las Unidades de Aislamiento de Alto Nivel, que es el dispositivo asistencial más adecuado para la atención de pacientes graves.
3.- Reserva de equipo estratégico de protección individual y de vacunas y anticuerpos monoclonales contra el virus del Ébola de ribavirina intravenosa para el tratamiento de la enfermedad por el virus de Lassa.
4.- Promover la educación de los profesionales de la salud aumentar el índice de sospecha de la enfermedad y también la educación de la población sobre las medidas preventivas para evitar las picaduras de garrapatas.
5.- Aumento de la asignación presupuestaria para proyectos de investigación sobre prevención (vacunas), tratamiento, diagnóstico y control del vector.
6.- Constitución y mantenimiento de un red de laboratorios de referencia para el diagnóstico y confirmación de casos.