más allá de los 24 meses

La leche materna es una fuente de micronutrientes y macronutrientes, especialmente diseñada para la alimentación infantil. Sin embargo, a partir de los 2 años, muchas madres empiezan a tener dudas sobre la idoneidad de la lactancia materna en adultos mayores, también conocida como “lactancia materna prolongada”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y sociedades científicas, entre ellas la Asociación Española de Pediatría (AEP), recomiendan mantener la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses.

A partir del año, debe combinarse con otros alimentos sólidos y triturados en una dieta variada y equilibrada. En los niños mayores, la leche materna aporta el 33% de las calorías diarias, por lo que cumple una función nutricional.

Esto se debe a que la composición de la leche se adapta con el tiempo que la madre continúa amamantando. Por tanto, no es lo mismo la leche al principio que después del primer año.

No hay un límite establecido para la interrupción de la lactancia, pero deben ser la madre y el niño quienes lo decidan a partir de los 24 meses, según las recomendaciones de la OMS.

los la pediatra Marta Castell, miembro del Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatríaexplica a EFEsalud que “junto con una dieta variada y nutricionalmente completa, es una forma tan adecuada como otras fuentes de lácteos para niños mayores de dos años”.

¿La lactancia prolongada tiene consecuencias?

El pediatra aclara: “Mientras no haya desplazamiento de unos alimentos respecto a otros, no hay riesgo nutricional en niños mayores de 2 años”.

Tampoco conlleva un riesgo en el desarrollo cognitivo y psicológico. De hecho, Castell destaca que aporta “numerosas ventajas tanto para la madre como para el bebé”.

Algunos de sus principales beneficios son su aporte nutricional, la mejora de las defensas y el neurodesarrollo y la protección de la madre frente a algunas enfermedades.

En la mayoría de los casos, serán las circunstancias sociales, como el trabajo de la madre o el desinterés del niño, las que obliguen al destete.

Aunque en muchos países la lactancia se suele alargar más allá de los 24 meses, la doctora Castell recuerda que “en los países industrializados serán una minoría de madres las que puedan mantener la lactancia prolongada”.

“Si así lo desean, los profesionales sanitarios, pediatras, matronas y enfermeras pediátricas deben apoyar a aquellas madres que deseen prolongar la lactancia, resolviendo dudas y ayudando en el proceso de destete cuando la madre así lo desee”, subraya Castell.

Promueve el apego seguro

Por otro lado, la lactancia materna tiene enormes beneficios psicológicos, como crear un apego seguro para los niños, especialmente los niños mayores.

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Diana Sánchez, psicóloga del Colegio Oficial de Psicología de Madrid y experta en psicología perinatal, detalla a EFEsalud que el efecto psicológico de la mama ayuda a generar cercanía entre la madre y el bebé, ya que se segregan hormonas que producen relajación y bajan el cortisol.

“A nivel psicológico en los bebés mayores, lo que produce el pecho es una sensación de calma y seguridad. Estar en contacto continuo con tu figura materna puede generar un apego seguro, pero amamantar no significa necesariamente que se crea”, dice Sánchez.

La experta aclara que el apego seguro se genera con “flexibilidad materna y saber atender las emociones de tu hijo”.

“Una madre que amamanta hasta los 3 o 4 años no tiene por qué generar una relación de apego más segura que alguien que no amamanta”, aclara la experta.

La lactancia materna como método de calma

Ese clima de relajación y seguridad que crea la lactancia materna para el bebé hace que muchas madres lo utilicen para calmarlo cuando llora.

Ambos profesionales coinciden en que es un método totalmente adecuado, si tanto el niño como la madre así lo desean.

La lactancia materna se puede utilizar en conjunto con otros métodos como un chupete o un juguete que le brinde al niño seguridad y comodidad. Sin embargo, la psicóloga recuerda que el chupete “sí implica riesgos como problemas de masticación y odontopediatría”.

“No hay nada dañino en el pecho para un niño. No hay ningún estudio psicológico que haya demostrado lo contrario. En el caso de la parte física, no hay estudios que demuestren que sea perjudicial”, subraya la psicóloga.

Además, la experta añade que “los niños se autorregulan y desarrollan estrategias para calmarse”. Por eso, “si es una lactancia, donde ambos quieren, no hay problema”.

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Aunque es cierto que también hay casos en los que la madre no quiere dejar de amamantar por miedo a separarse de su hijo.

“En estos casos hay miedo a no amamantar y que la madre piense que ya no es necesaria. Ahí se genera un vínculo ansioso entre los dos”, explica Sánchez.

“Claro que cuando todo está bien -añade- y hay una relación de apego sana, no hay problema”.

Amamantar o usar un juguete puede ayudar a calmar a un niño en momentos de estrés. EFE/Zayra Mo

¿La lactancia prolongada puede causar dependencia?

Inicialmente, la lactancia materna prolongada no crea dependencia en un sentido negativo para la madre o el niño.

El pediatra señala que “desde las primeras horas de vida, la lactancia materna favorece el vínculo madre-hijo y permite la creación de un entorno de apego seguro”, apunta la pediatra.

Además, “a medida que el lactante muestra interés por otros alimentos y por su entorno, se siente más seguro e independiente”.

En momentos de crisis, es habitual utilizar el cofre como calma, ya que aporta seguridad.

Esto podría generar cierta dependencia por el contacto con su figura principal, aunque con matices.

“Estar en un lugar seguro podría crear dependencia, aunque esta palabra no sería la adecuada. Es mejor hablar de una función biológica relacionada con la supervivencia”, apunta Sánchez.

¿Cuánto tiempo puede durar?

Como se mencionó, a partir de los 2 años, la Organización Mundial de la Salud señala que la lactancia materna prolongada puede mantenerse todo el tiempo que la madre y el bebé quieran.

“La base es que sea un proceso respetuoso en el que la madre esté tranquila y el bebé lo pida. Si obligamos a un bebé a seguir con el pecho, podría ser algo a lo que debamos echarle un vistazo para saber por qué sucede”, recuerda la psicóloga.

En otras ocasiones, lo que sucede es que el bebé quiere continuar, pero la madre no quiere o se siente incómoda. En este caso, lo mejor sería dejar de amamantar, ya que puede generar un sentimiento de rechazo y angustia.

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¿Cómo debe ser el proceso de destete?

En primer lugar, la psicóloga aconseja que “la madre sea decidida y comprenda que es normal que llore”.

“Es un duelo por su hijo. Es normal que algunos días lo pases mal. En algunos casos, las madres se sorprenden porque no pasa nada”, destaca.

Por su parte, la pediatra Castell recomienda que “el proceso sea paulatino y progresivo, según las necesidades del lactante y de la madre”. Para ello hay que ir reduciendo las tomas paulatinamente para realizar un destete intermitente”.

“Así evitaremos los riesgos de un destete rápido y brusco como la formación de abscesos o mastitis, ajustando la cantidad de leche producida a las necesidades del bebé”, apunta la experta.

Para el lactante, tras un largo periodo de 2-3 años, permite establecer otra forma de beber leche con seguridad, como la taza, el vaso o el biberón. También lo ayuda a sentirse seguro cuando necesita apego de otras formas, como su animal de peluche favorito.

En ocasiones, con la incorporación de las madres al mundo laboral, puede ser necesario un destete más rápido, pero se debe evitar una interrupción brusca.

Consulta a los expertos

En España, tanto en la sanidad pública como en la privada, existen muchos profesionales con una amplia formación en lactancia materna y grupos de apoyo, donde las madres pueden acceder a una información adecuada.

Sin embargo, en los últimos años, muchos colectivos y profesionales no han podido realizar sus talleres de forma presencial. Esto ha dado como resultado que un gran número de madres consulten por primera vez Internet, en lugar de un profesional de la salud.

Por ello, el pediatra de la AEP concluye que es importante que “los profesionales sanitarios conozcan estos entornos y ofrezcan a las madres lactantes herramientas online seguras para plantear dudas sobre la lactancia”.

Asimismo, la psicóloga cree que se debe ampliar la información sobre la lactancia prolongada, sobre todo en las guarderías.

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