Veintidós niños gallegos de ocho años sirvieron como “probetas” para llevar la “vacuna” contra la viruela, inoculada en sus cuerpos, a territorios de ultramar. A bordo de la corbeta María Pita emprendieron la Expedición Balmis cruzando el Atlántico a principios del siglo XIX acompañados por el Dr. Francisco Javier Balmis, Isabel Zendal -responsable de un orfanato en A Coruña- y el joven cirujano José Salvany.
El objetivo de la expedición de Balmis (1803-1806) fue poner coto a la epidemia de viruela que se estima causó la muerte de unos 90 millones de indígenas en el continente americano. En Europa a principios del mencionado siglo mataba a 400.000 personas al año.
Una proeza que cobra actualidad con la aparición de casos de viruela del simio, endógena de África y que ahora aparecen en países europeos y americanos, y para los que se está utilizando una vacuna contra la viruela humana, enfermedad que en España se consideraba erradicada desde los años 80.
Y además con la pandemia del covid siendo el primer programa de vacunación masiva de la historia y no hay misión humanitaria de magnitud comparable.
Para los expertos, no existe epopeya médica, proeza de salud o expedición titánica de magnitud comparable.
Su expedición fue un hermoso ejemplo de lo que la ciencia y el espíritu aventurero pueden hacer por la humanidad.
El propio descubridor de la vacuna contra la viruela, Eduardo Jennerescribió sobre la expedición: “No puedo imaginar que un ejemplo de filantropía más noble y más amplio que este se proporcione en los anales de la historia”.
A petición del Consejo de Indias, Carlos IV autorizó y financió esta expedición.
El relato de esta fascinante historia, con todos sus detalles históricos, científicos y humanos, así como el perfil biográfico de Balmis, desde diferentes ángulos, se pueden encontrar en el libro “La Expedición Balmis (la primera lucha mundial contra las pandemias)”.
Editado por geoplanetala obra, es una apuesta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), para poner en valor la figura de Balmis, los expedicionarios y los niños vacunados, portadores de la “semilla” de la vacuna, en un contexto de incertidumbre social y política golpeado por las revoluciones en América y Europa.
En el prólogo, el investigador luis enjuanesdel Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, nos cuenta una historia, que a día de hoy con la pandemia del covid nos resulta muy familiar.
Para intentar controlar la viruela, la primera medida que se puso en práctica fue el aislamiento y la cuarentena, pero esta solución “implicaba grandes amenazas económicas y políticas, y además la población sana hacía todo lo posible por sortear estos confinamientos”.
La segunda medida, copiada de Oriente, llegó a Europa de la mano de Lady Mary Montagu, que había vivido en el Imperio Otomano acompañando a su marido, embajador en ese territorio. Una vez conocida la técnica del contagio voluntario, se puso en práctica en Gran Bretaña y desde allí se extendió por toda Europa.
Esta práctica tenía un riesgo: el desarrollo de infecciones que se propagarían y desencadenarían epidemias descontroladas.
La tercera medida llegó con la vacuna descubierta por Eduardo Jenner en 1796, después de practicar la vacunación entre los habitantes del condado inglés de Gloucestershire.
Los tres métodos coexistieron en espacio y tiempo, pero los beneficios de la vacunación prevalecieron rápidamente sobre los otros dos.
La Operación Balmis y la Real Expedición Filantrópica Vacuna en el siglo XIX, añade Enjuanes, han dado respuestas a dos sociedades abrumadas por los acontecimientos, agobiadas por el dolor y angustiadas por la incertidumbre. En ambos, un diminuto virus ha hecho temblar los pilares de su modernidad.
Enjuanes concluye que el precedente establecido por la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna hace más de doscientos años sigue vigente.
Los números de las estadísticas y las noticias en las noticias ponen el foco en la salud pública frente a la salud del individuo…” lo que importa es el cuidado del grupo. La misma enfermedad nos afecta a todos en cualquier parte del mundo.
Imagen del rodaje de la película “22 Ángeles”, basada en la historia de la expedición Balmis. FOTO EFE/ Kiko Delgado
Expedición de Balmis, también se llevó al cine
El libro, compendio de artículos de varios investigadores, se estructura en tres grandes bloques de contenidos, además del desarrollo diacrónico de la Royal Philanthropic Vaccine Expedition.
En la primera parte, titulada «Relaciones y contextos: del siglo XVIII al siglo XIX», se sitúa la expedición en el contexto sanitario, político y asistencial.
El segundo se llama «Perfiles y visiones de Francisco Xavier Balmis y Berenguer». Analiza la figura del director desde diferentes aspectos.
Finalmente, en el tercer bloque, titulado «Marco y perspectivas de la Real Expedición de la Vacuna», se profundiza en las dimensiones de la expedición vacunal en el marco de las expediciones ilustradas.
La mencionada expedición fue llevada a la pantalla en 2016 por RTVE, con el título de “22 Ángeles”. Dirigido por Miguel Bardemla película está basada en la novela “Ángeles de la guarda” de Almudena de Arteaga, I.El primer escritor en novelar y rescatar la historia de esta expedición.
La base naval de la Escuela de Especialidades de A Graña (Esengra), en Ferrol (A Coruña), se convirtió en una de las localizaciones escogidas para la película después de que el equipo de rodaje encontrara en ella las dos características que buscaba: proximidad con el muelle de la ciudad hercúlea y, sobre todo, la posibilidad de que, tras la obra del director de arte, pareciera un puerto de principios del siglo XIX.
La película fue protagonizada por Pedro Casablanc (Dr. Balmis); María Castro (Isabel Cendal); Octavi Pujadas (Dr. Salvany): Carlos Santos, Javier Mejía, Jaime Pujol, José Sospedra, Toni Miso, Fran Nortes, José Manuel Seda, Mariana Carballal; y los hijos Camilo Redgrave, Tiago Rodríguez, Xoel Rupar y Nuno Vilela.