Mujer, si sufres de incontinencia urinaria, no esperes más
“De alguna manera, por mi edad (60 años), me parecía que orinar en cualquier momento y lugar era lo más natural, pero no, no es así. Sentir que tu cuerpo no hace lo que tú quieres que haga es una enfermedad que puede ser tratada y curada.
“Empecé a sentir los síntomas después de dar a luz a mis dos hijos, alrededor de los 38 años. El escape de orina se producía cada vez que estornudaba, cada vez que me reía o cada vez que me agachaba, por ejemplo, para ponerme los zapatos. zapatos o para recoger algo del suelo”, nos cuenta.
Según un informe del Observatorio Nacional de la Incontinencia (ONI), se trata de un problema de salud que afecta a unos cinco millones de mujeres españolas, de las que en torno al 80% nunca ha consultado a un médico. Es una patología infradiagnosticada.
¿Las claves de la incontinencia urinaria femenina?
La pérdida de orina es un proceso patológico frecuente y crónico: una vez que aparece, dura mucho tiempo y suele empeorar con el paso de los meses y los años, llegando incluso a convertirse en un problema de salud pública.
Esta pérdida involuntaria de orina afecta tanto a mujeres como a hombres, pero se estima que tiene una prevalencia media del 24% en mujeres, aumentando al 30-40% en edades en torno a los 50 años.
“Clásicamente se asocia a la edad, ya que a mayor edad es más frecuente, aunque en el caso de las mujeres se debe a que padecen condiciones de riesgo que derivan en incontinencia urinaria”, destaca el Dr. José Medina Polo, urólogo del Clínica ROC.
“Hablamos de embarazos, partos vaginales, cirugías del suelo pélvico, principalmente histerectomía o extirpación del útero, obesidad y algunas enfermedades que afectan a la vejiga”, relata.
La incontinencia urinaria, por tanto, limita la autonomía personal y la autoconfianza de las mujeres, altera su autoestima y puede provocar ansiedad, estrés, aislamiento familiar o social y depresión; también, problemas en las relaciones sexuales.
En el caso de los hombres, con una prevalencia del 7%, la incontinencia urinaria suele estar ligada al resultado de una cirugía en el suelo pélvico, básicamente tras una prostatectomía radical para extirpar un tumor.
Tres tipos básicos de incontinencia urinaria en mujeres
La vejiga tiene una doble función, de llenado y vaciado, en el almacenamiento constante de los desechos filtrados por el riñón (orina). Son funciones muy precisas y bien articuladas tanto por el sistema nervioso como por el suelo pélvico, un poderoso apoyo anatómico.
“La gran mayoría de las pérdidas de orina se deben a la relajación del esfínter, una especie de tapón, que se ve afectado por daños en el nervio pélvico o diferentes fallos en los músculos del suelo pélvico, ya sea por el embarazo, el parto o la edad de la menopausia”, explica Dra. Medina Polo.
También hay que recordar que la uretra femenina es más corta que la uretra masculina.
La incontinencia urinaria puede ser de esfuerzo, de urgencia y mixta.
incontinencia de esfuerzo Se produce por un aumento de la presión abdominal, que en la vida diaria se traduce en reír, llorar, estornudar, toser, agacharse, levantar pesas, caminar, practicar ejercicio físico o deportes como el pádel.
En estas situaciones se pierde la función del mecanismo del esfínter, el que cierra la uretra, y la pérdida de orina es inevitable.
La incontinencia de urgencia se produce por contracciones involuntarias del músculo detrusor de la vejiga -pared lisa- en la fase de llenado. La vejiga se contrae, pues, sin la mediación del orden cerebral.
“Es una vejiga hiperactiva -señala el urólogo- y no se puede culpar al esfínter, salvo en los casos de incontinencia mixta”.
La gran mayoría de las veces, la IU de urgencia se debe a trastornos neurológicos, pero en ocasiones la causa se debe a una alteración en la vejiga, ya sea por inflamación o infección.
También porque la uretra se vuelve muy estrecha y obliga al músculo de la vejiga a realizar contracciones más fuertes para expulsar la orina por el conducto de salida.
“Afecta tanto a las mujeres que, sea cual sea la actividad que realicen, siempre están pensando en ubicar primero un baño, ya sea en un restaurante, un centro comercial o el cine”, explica la doctora Medina Polo.
El diagnóstico de la incontinencia de ti para ti
“Para diagnosticar la incontinencia urinaria, en la gran mayoría de los casos, es obligatorio que la paciente acuda a la consulta de urología o ginecología y nos lo comunique. Muchas veces tenemos que preguntar, incluso insistir”, señala la especialista en suelo pélvico.
Además de preguntar e investigar, para diferenciar una incontinencia de otra es necesario realizar una anamnesis, una exploración física para descartar algún trastorno interviniente, como una cistitisque puede causar incontinencia transitoria, o una prolapso.
Además, análisis de sangre y orina y cuestionarios detallados que afinan más y mejor el tipo de incontinencia urinaria.
“Añadimos pruebas de diagnóstico por la imagen, con ecografía del sistema urinario para comprobar que no hay alteraciones, y si queremos profundizar más podemos realizar un estudio urodinámico, no indicado en todos los casos, que detecta con precisión problemas vesicales o debilidad. el suelo pélvico”, dice ella.
Tratamientos efectivos contra la pérdida de orina
“Primero debemos contrarrestar los factores de riesgo que pueden empeorar la incontinencia urinaria, a pesar de que ya influyen la edad, el número de partos vaginales, la obesidad, el sobrepeso y también el sedentarismo”, señala la Dra. Medina Polo.
“En las fases más tempranas, la intervención de fisioterapeutas especializados en suelo pélvico, que son los que mejores resultados obtienen en esta patología, consigue solucionar los casos leves y moderados”, continúa.
Esta doble intención es claramente conservadora:
Instruir en la reeducación vesical, teniendo micciones programadas, frecuentes y con la intención de vaciar completamente la vejiga.
Ejercita los músculos del suelo pélvico, realizando ejercicios muy disciplinados para rehabilitar y fortalecer esta zona del cuerpo.
No dejes de beber agua, pero sí en pequeñas cantidades a lo largo del día… un hábito saludable que las mujeres que padecen incontinencia urinaria de urgencia suelen abandonar sin necesidad.
La incontinencia urinaria de urgencia se trata con fármacos (anticolinérgicos, agonistas Beta 3, etc.) que controlan las contracciones de la vejiga que desencadenan la pérdida de orina.
Se aplican en el 99% de los casos y tienen muy buen pronóstico, aunque son necesarias dos condiciones básicas: adherencia a la medicación y paciencia, ya que el proceso durará unos meses.
En un segundo paso terapéutico, también ayudan al electroestimulación a bajas dosis de la zona o de la inyección de toxina botulínica en la vejiga

La incontinencia de orina de esfuerzo -leve, moderada o severa- que no se resuelve con tratamiento conservador, se soluciona mediante cirugía vaginal simple:
“Se coloca una cinta muy fina debajo de la uretra, que la sujeta en el momento de aumento de la presión abdominal para evitar la pérdida de orina”, explica el urólogo.
“En los últimos veinte años lo hemos hecho colocando mallas, fascias o tejidos que refuerzan el suelo pélvico. Es una cirugía sencilla y consigue muy buenos resultados para la IU de esfuerzo, como ha sido el caso de Ana”, subraya.
Ana no tuvo ningún problema con la vejiga, ni tuvo prolapso. La rehabilitación no habría sido suficiente. Le aconsejaron una malla.
“Con la cicatrización de esta malla, colocada por vía vaginal, se refuerza el suelo pélvico. Ya no se escapa la orina. Además, el alta hospitalaria se realiza ese mismo día o, como máximo, al día siguiente. Aun así, este tipo de cirugía requiere que las pacientes no se esfuerce físicamente durante al menos seis semanas”, destaca.
¿Y se recuperan las relaciones personales y la sexualidad plena?
“Sí, claramente mejoran -estima-, pero habrá que tener en cuenta que las relaciones sexuales cambian de acuerdo a cada etapa vital de la mujer, al igual que su nivel de estrógenos disminuye, lo que provoca molestias en sus relaciones sexuales”.
“Por eso, a veces, tenemos que hacer algo más para que la mujer recupere sus mejores sensaciones en las relaciones sexuales”, subraya.
“Y debo agregar que las relaciones sexuales son físicamente exigentes, razón por la cual muchas mujeres acuden a la clínica por pérdida de orina durante las relaciones sexuales”.
En general, las amigas, compañeras de trabajo y familiares de la edad de Ana no suelen hablar de incontinencia urinaria.
“Ahora, después de la cirugía, lo he contado y me sorprende que mucha gente tenía este mismo problema con la orina y yo no sabía. Es un tema tabú, ya que es vergonzoso que a uno le salga pis”, dijo. dice Ana.
El buen pronóstico de la mujer cuando se ríe a carcajadas
“La tasa de éxito en los casos de cirugía con malla para detener la incontinencia urinaria de esfuerzo es cercana al 90%, cifra avalada por 20 años de experiencia”, afirma el Dr. Medina Polo.
“En casos de vejiga hiperactiva, los fármacos consiguen una mejora significativa en la incontinencia de urgencia y, al mismo tiempo, en la calidad de vida de los pacientes, llegando a situaciones de un par de horas sin necesidad de orinar”, completa.
“En la IU mixta, al ser una combinación de ambos trastornos urinarios, el resultado no es excelente, pero alrededor del 70% u 80% de las mujeres obtienen una clara mejoría”, concluye el urólogo.
Ana, su vida dirigida por ella y no por la orina
“No me sale orina desde el día siguiente de la operación, algo que me ha sorprendido gratamente, ya que pensaba que la recuperación de la incontinencia sería lenta, poco a poco… Me cuesta creerlo, pero funciona al 100 %. Estoy muy contenta”, concluye Ana.