consejos del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega

El picor, la fotofobia o la sensación de tener arenilla o cuerpo extraño en el ojo son algunos de los síntomas de la alergia ocular, una enfermedad que se agrava en primavera y por la que el catedrático de Oftalmología y director del Instituto Universitario Fernández Vega, Jesús Merayo Lloves, aconseja salir a la calle con gorra y gafas de sol cerradas, evitar el humo del coche y del tabaco o mantener a raya a los ácaros

Aunque la alergia ocular se presenta durante todo el año, la primavera es la estación en la que se registran los picos de incidencia en función de los alérgenos presentes, especialmente en el aire.

Existen varios tipos de alergia ocular: la más común y menos grave es la conjuntivitis alérgica, que puede ser estacional o perenne, pero existen otras formas de alergia, como la queratoconjuntivitis primaveral, propia de los niños; queratoconjuntivitis atópica, asociada a problemas cutáneos como la dermatitis atópica; contacto y otros ojos que pican que están relacionados con los alérgenos.

Prevención, la mejor medicina

La prevención es fundamental y el experto propone, en el caso de las viviendas, ventilar solo el tiempo necesario y mantener las ventanas cerradas; aspirar mejor que barrer; optar por una decoración minimalista, sobre todo si hay personas con predisposición a las alergias; evita los peluches como fuente de ácaros o reduce el contacto con las mascotas, especialmente si tienen problemas con el pelo de perros y gatos.

A la hora de salir a la calle, es importante llevar gafas de sol con cierres laterales y gorras cerradas que, según la doctora, “pueden eliminar hasta un 30% de todo lo que pueda llegar a los ojos”, además de evitar el contacto con agentes irritantes en la piel. cara y mucosas.

Factores que influyen en la alergia ocular

Entre los factores que agravan la alergia ocular destaca el ojo seco, ya que estos pacientes pueden tener alergias oculares más graves, así como la exposición al polvo, polvo industrial o neblina.

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También influyen factores personales, como tener los ojos claros porque son más fotosensibles, o irritados o inflamados, lo que genera peores síntomas.

Otras enfermedades relacionadas con el tubo digestivo también pueden influir provocando inflamación de la mucosa respiratoria y de la mucosa ocular.

Mascarillas y alergia urbana

Las máscaras se encuentran entre los factores de riesgo y pueden aumentar los problemas inflamatorios oculares a nivel de los párpados y agravar los síntomas de la alergia ocular.

Para la doctora Merayo, la razón es sencilla: al llevar la mascarilla estamos enviando el contenido de la microbiota de la boca y puede haber roces e irritación en la cara que complican también la inflamación de los ojos.

Los casos de alergia ocular han aumentado en los últimos años y, según el director del Instituto Universitario Fernández-Vega, el 10% de la población que afectaba en los primeros estudios hace 30 o 40 años ha pasado al 30 o 35% en la actualidad.

El Dr. Merayo advierte que no solo existen pacientes genéticamente predispuestos a ser alérgicos, ya que también existe una alergia urbana que afecta a personas que, sin antecedentes familiares, la desarrollan cuando hay contaminación industrial, exposición al humo del tabaco o agentes irritantes que pueden provocar síntomas que, de otro modo, con una superficie ocular bien hidratada y sin ojo seco, nunca se producirían.

El catedrático de Oftalmología y director del Instituto Universitario Fernández-Vega, Jesús Merayo Lloves/EFE/JLCereijido

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